El
Zodiaco es también para la Astrología un enigmático pero coherente viaje
de la energía...Desde el impetuoso y naciente Aries, pasando por el
misterioso e intenso Escorpio hasta la disolución del ciclo energético
de Piscis...Ponéos cómodos y disfrutad de este viaje apasionante.
El momento de Aries:
es un momento de creación, donde no hay nada más que un impulso veloz,
todo es velocidad, acción, solo existe el deseo, el deseo de crear, de
actuar, de correr sin parar. Todo es deseo inconsciente, y fuerza de
arranque, solo le interesa iniciar, es el nacimiento. Es un carnero que
corre, y corre, sin mirar, y se lleva por delante lo que se le cruce,
solo existe el impulso de inicio, y nada más, es el primer deseo y hacia
allí va Aries con toda su fuerza y velocidad, es un impulso unilateral,
no existe nada solo el deseo de comenzar.
Momento de Tauro:
es el momento de parada, el carnero, agotado, tiene que recuperar
fuerzas, y se detiene, cuando se detiene ya no es un carnero sino que
comienza a enfriarse, toda esa energía y velocidad, se enfrían,
comienzan a acumular materia, a través de la comida, y se convierte en
un toro, al que solo le interesa acumular materia, para reponer todo lo
que Aries a consumido.
En
este momento el toro se detiene, y contempla el campo, todo lo que hay
en él es para cubrir sus necesidades, duerme, come, se aparea, todo es
placer y descanso, toda la fuerza de Aries, entra en parada, se acumula
dentro de la materia y se transforma en potencia.
Todo
es del toro, y lo único que importa es recuperar, es estabilizar el
impulso de Aries, ahora es necesario conectar con las necesidades
físicas y materiales y cubrirlas, todo es inercia. Es un momento en que
la energía se contrae, es introversión.
Momento Géminis:
en géminis aparece la dualidad, venimos de tauro, donde todo es
necesidad, pero en géminis el toro se convierte en pura curiosidad,
comienza a observar el mundo exterior, la materia ya no está solo para
cubrir necesidades, y comienza a ver cosas diferentes, a experimentar
con ella, interactúa, en géminis se junta la acción de Aries, con la
materia de tauro, y comienza a cambiarlas de lugar, asociar una cosas
con otra, crea puentes que conecten una cosa con otra diferente, todo es
un juego, todo es interesante, nada se queda afuera, no hay una cosa
más importante que otra, y todo es relativo.
Géminis
es un niño que se abre al mundo, todo es interesante, todo es
diferente, y juega, experimenta con todo, no hay peligro alguno, le
interesa conocer todo lo que está en el mundo, aprender es lo que le
interesa, está abierto a aprender de todo y asociarlo, cambiarlos, y ver
qué pasa. Géminis está abierto al mundo con toda su información y a
vincularse con todo es simultaneo, dual, experimentador, vinculador...
Momento Cáncer:
el ser géminis interactúa con todo tiempo de cosas, energías,
experiencias, todas ellas diferentes, pero ahora ese ser dual se
convierte en un cangrejo, cáncer, más lento y protector. Lo que ocurre
aquí es que al recibir tanta información diferente, comienzo a
seleccionar, necesito dividir el exterior, busco energías a fines y
trazo un circulo, hago grupos, todo lo que está dentro es similar y lo
que esta fuera es diferente.
Al
posicionarme en un grupo, hago identidad en ese grupo, todo lo que soy
tiene que ver con una energía, y el resto de las energías, que había
descubierto en géminis queda fuera de mi identidad. En cáncer nace la
identidad por pertenencia, es decir, hasta cáncer todo existía sin
división, solo había una mirada objetiva y desapegada de la energía,
pero en cáncer, divido, y al trazar la línea creo un adentro y un
afuera, agrupando energías similares dentro y diferente fuera, y me
identifico con esa energía, y rechazo la otra, la diferente, trazo la
línea para protegerme de lo diferente.
En
cáncer aparece el mundo emocional, las emociones son subjetivas, y
aparecen a partir de que creo una división, de que me protejo de lo
diferente. En cáncer siento que el mundo es demasiado grande, y para
iniciar un viaje que pueda recorrer, me cierro, me protejo, la energía
en cáncer se contrae, es necesario para poder sobrevivir, tanta
información que adquirí en géminis me sobrepasa y así aparecen las
emociones, que me alertan de que ya no puedo seguir tan abierto, que
necesito un refugio, un refugio que me proteja, me alimente, hasta que
pueda pasar a otro nivel, hasta que pueda madurar y seguir mi camino.
Así
aparece el psiquismo, la psicología, que es una madre protectora, es la
encargada de cerrar la información que puedo absorber y desechar la que
no, porque aún no estoy preparado. Este momento es el momento en que la
madre cuida y alimenta al bebe, se cierra para proteger lo vulnerable.
Es
la familia, todos estamos unidos por un parentesco, una similitud,
todos venimos de la misma sangre que nos une, y nos da identidad, la
familia nos protege y nos da seguridad, y cariño, en cáncer solo importa
protegerse, proteger al niño hasta que esté preparado para salir al
mundo externo, toda la energía se concentra dentro, creando un centro,
preparando al niño para que pueda salir al mundo, una vez que ese niño
esta preparado comienza a sentir un deseo, el deseo de salir, dentro de
cáncer ya no hay espacio para él, siente el deseo de ser el mismo, de
diferenciarse de su clan, de toda esa energía afín, similar que lo
protegía, y llegamos al momento leo.
Momento Leo:
aparece un nuevo deseo el deseo de ser yo mismo, de diferenciarme del
núcleo de pertenecía que me protegía, el niño que ya no es un niño sino
un joven, siente el impulso de salir y expresarse por sí mismo, en ese
viaje que inicia, fuera de su familia y protección, cada cosa que hace
por si mismo, es una victoria, comienza a formar una identidad que lo
protege fuera de su refugio, yo soy lo que hago, ese impulso que se
inició en Aries, ese deseo, ahora que tomo forma en cáncer, ahora quiere
expresarse, salir fuera, que lo vean, es el deseo de fijar una
identidad, una identidad que me da un centro de mando, desde esta
identidad me expreso y me dirijo, y dirijo todo lo que soy. Comprendo
las experiencias que vivo a partir de este centro que soy, que he
descubierto que soy, pero aún sigo siendo una identidad pequeña, que a
dejado fuera lo diferente, en leo vuelvo a empezar a interactuar con lo
diferente, empezando por diferenciarme de mi familia, de lo que me da
seguridad, porque ya estoy preparado para seguir el viaje, pero aun no
veo el resto de energía que he dejado fuera.
Momento Virgo:
en virgo, el viaje agarra una curva, es un momento de transición, donde
comienzo a ver algo más que mi mi identidad, mi yo soy, intuyo que hay
algo más. En leo me muestro, descubro que yo soy, y comienzo a tener
experiencias individuales con energías desconocidas y diferentes a la
identidad que había formado, y empiezo a absorberla.
Para ello tengo que bajar la velocidad y ordenar, es un momento de
ordenar, toda aquella energía que hasta ahora era desconocida, cosas que
no tenía en cuenta comienzan a ser importantes y a darme cuenta que
depende de ellas, aparece la conciencia de que soy una función dentro de
un sistema mayor, pero para comprender aquel sistema, tengo que
comprender bien este, y mi atención se dirige a los detalles, a un mundo
pequeño, veo lo pequeño, y le doy importancia. Comprendo que depende de
esos detalles, que antes en leo, al estar centrado en mí, y en la
creación de mi identidad y mantener una imagen no veía.
Me
doy cuenta que cumplo una función, que sirve al sistema, y el servicio
toma mayor importancia, no solo mi función individual, sino la de todos
los componentes des sistema, y al importancia de que todo esté en su
lugar funcionando.
Momento Libra:
en libra la curva que tome en virgo se convierte en un giro, y si antes
iba para la derecha ahora comienzo un camino de vuelta hacia la
izquierda, por ello parece que estoy retrocediendo, pero en realidad
estoy tomando un nuevo equilibrio en el impulso que se inició en Aries,
pero para seguir el camino, tengo que tomar un nuevo equilibrio, para
ello virgo me prepara para ver al otro, para ver toda la energía que
deje fuera en cáncer, porque todavía no estaba preparado para asimilar.
En libra ·el otro" pasa a ser lo más importante, porque descubro que
"el otro" es el afuera, el tú es el resultado de mi división en cáncer, y
es quien me completa, ya que me trae toda la energía que excluí. En
cáncer soy porque pertenezco a un clan, porque soy igual que ellos, en
leo me diferencia y adquiero una identidad individual, en virgo comienzo
a descubrir que mi identidad se amplía al pertenecer a un sistema, y
servir en él, y en Libra veo que me falta algo, ese algo es toda la
energía que deje fuera en cáncer y que me completa, y por ello tengo que
adquirir otro equilibrio. En libra el tú me trae el complemento, lo que
me da felicidad, y en escorpio ya estoy preparado para asimilar y
fusionar.
Momento Escorpio:
en escorpio tomo otra curva, pero es una curva de vuelta, en este
momento lo que comprende mi identidad dividida en un yo y un tú, es que
ambas identidades fraccionadas son partes de una identidad mayor, en
realidad es mi sombra, toda la energía que no era capaz de asimilar en
cáncer, de la que me defendía mi psique, por lo tanto en escorpio
aparece el inconsciente, todo lo que soy y no veo. En este momento
aparece la lucha entre ambos polos de la energía, entre las partes en la
que nos dividimos defensivamente, y realmente para poder ser
conscientes, es este proceso. Esta batalla es una batalla en la que
ninguno de los dos polos gana, sino que se fusionan en uno, es la
alquimia, en la que ambos se destruyen para transformarse en un nuevo
ser, con una conciencia ampliada y más completa.
Momento Sagitario:
en este momento hago síntesis entre mi consiente y mi inconsciente,
sagitario ve un todo, no partes separadas sino que las sintetiza y
comprende y confía que lo diferente no es más que una parte mía
diferente que me ha costado mucho reconocer, pero que forma parte de mi y
al dividirla en cáncer y protegerme de ella, la tenía que reconocer en
el otro, para poder hacer un proceso alquímico y de esta manera ser
consiente de todo mi ser.
En
sagitario puedo ver, puedo ver que todo el dolor, pérdida, destrucción y
sufrimiento eran necesarios, y comenzar a confiar en la vida y en sus
procesos.
Momento
capricornio: en este momento mi ser, llega a su máxima forma, y soy
todo lo que puedo ser en este nivel, es concretar el camino, llegar a la
sima, para ello me desprendo de lo que ya no me sirve, y voy con lo
esencial de mí ser, sin decoraciones, ni nada que no sea lo que
realmente soy, y adquiero una gran seguridad.
En
capricornio lo esencial es llegar a la máxima forma, respetando mis
límites que son los que dicen que soy una cosa y no otra, y siento que
se ha terminado mi trabajo , he llegado a la meta, y emprendo el camino
de vuelta.
Momento Acuario:
nuevamente entro en una curva, aquí el tiempo y el espacio desaparecen,
comienzo a desprenderme de esa máxima forma, y me convierto en energía.
En acuario ya no pertenezco, ni tengo identidad, eso ya no es
necesario, porque soy energía vinculada a otras energías que cumplen un
orden mayor. En acuario simplemente soy, y esa energía que soy cambia
constantemente para vincularse con otras energías.
En este momento puedo ver todas las energías diferentes, y puedo
vincularme con ellas, sin problema porque ya se quién soy, y que no
importa ser alguien sino el servicio que doy al universo, ubicado en un
lugar, cumpliendo con un orden mayor. En acuario soy único, y cumplo una
función única, ya no necesito limites, ni leyes que acatar, porque soy
consciente de mí y se lo que tengo que hacer.
Momento Piscis:
en géminis observaba la diferencia objetivamente, pero no era consiente
de mi ser, en acuario, puedo observar lo diferente, todas las energías
del universo, interactuando entre sí, y en este momento tengo que hacer
una última transformación, para disolverme en la vida, en acuario ya no
pertenezco, abandono toda forma, y nombre, en piscis para unirme en
comunión con la vida tengo que sensibilizarme, todo entra en mí y yo
estoy en todo, aunque sea diferente. Al sensibilizarme, soy un
observador de lo diferente pero lo amo, y soy uno con el universo, y me
disuelvo en él, sintiendo todo, sintiéndome a mí mismo y sintiendo lo
diferente del mundo es el momento en que soy con el universo en
simbiosis.