miércoles, 21 de octubre de 2015

La Astrología y los niños


 LA ASTROLOGÍA Y LOS NIÑOS


Natalia G. Costa (AstroNostrum) 2015




 Trabajando con los niños descubrí que importante es respetar sus tiempo, su desarrollo sin juicio, incentivando su independencia, su creatividad, con amor, empatía, compasión, y alegría. Y la astrología me dio una explicación a lo antes dicho, le dio sentido. Un niño nace y comienza un aprendizaje de sí mismo, el que respeto profundamente. Un padre solo puede hacer una cosa, darle amor, y nada más, hacerlo sentir maravilloso, y responder a sus preguntas y nada más a lo que pregunta, otra cosa, seria sobreprotegerlo, invadirlos, controlarlos, manipularlo, cortarle el proceso de florecimiento de sí mismo.

Un padre solo puede ver la maravilla de su energía desarrollándose y acompañarlo, para luego soltarlo, y nada más. Y muchas veces por amor y el miedo a que sufran no los dejamos ser ellos mismos. No los dejamos caer, que es su manera de conocer sus límites, no los dejamos comer tierra o llevarse un juguete a la boca, que es su manera de conectarse a este mundo de formas gustos, sabores, y es su manera de calmar la ansiedad. No los dejamos gritar y tener un berrinche cuando sienten frustración y descubrir por ellos mismos que eso es necesario y se puede hacer de otra manera, no los dejamos sacar la rabia afuera y se la tragan, sintiendo que eso que es, es malo y a mama no le gusta. Y no aprende de ello, no la saben gestionar. Mejor dicho no les dejamos que aprendan, y que descubran otras maneras, su manera.

Les llenamos la vida de eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca, y ellos podrían enseñarnos a nosotros mismo una manera que nunca se nos hubiese ocurrido, pero en lugar de eso, les cortamos su creatividad y les inyectamos, nuestros miedos, nuestros mandatos, que ni siquiera son nuestros mandatos son inyecciones de miles de generaciones, mandatos caducos que nos cortan la creatividad y la conexión a nosotros mismos. Hoy por hoy te diría que no los eduques, disfrútalos, y deja que ellos te eduquen a tí. Dedícate a tí, porque ellos te necesitan feliz, y dedícales un tiempo y sobre todo no mezcles esos dos momentos.

La infancia pasa muy rápido, como para estar pendiente de quien será cuando sea grande, será lo que tenga que ser, no ocultes tus enfados, tu tristeza porque la vida está llena de ellos, si vos lo vivís con naturalidad, ellos también. no te enfades cuando no hagan caso o tengan arrebatos de ira, compréndelos, comprende que tendrán que hacerlo de esa manera hasta que maduren ese Marte, ese Saturno, déjalo que lo expresen no es malo, es sano, para aprender a caminar tendrán que caerse muchas veces, para aprender a entender los límites de sí mismo, tendrán que enfadarse mucho, y gritar y patalear, pero no les quites tu amor, tu aceptación, entiende el proceso maravilloso que ocurre en ellos, su dolor, su frustración, ya eso es demasiado como para que mama se enfade y rechace mi energía, mi aprendizaje.

Nunca le hables mal del otro padre, porque estás hablando mal de ellos mismos, y los haces sentir no queridos e inseguros. Déjale su espacio, respétale su intimidad. Ellos son diferentes, únicos e irrepetibles déjalos ser diferente, que vivan su diferencia como algo normal y no como un error en ellos. Déjalos llorar, déjalos reír, déjalos ensuciarse, déjalos en paz, crecer descubrirse, ser ellos mismos. Y no los juzgues porque ellos saben más de ellos mismos que tu. Esto lo comprendí estudiando mi Carta Astral, y no la de mi hijo, y me di cuenta que la mejor manera de ayudar a mi hijo es conocerme a mí misma, conocer la circulación energética en mí, y dejarlo ser, amándolo tal y como es.

Primero los padres tenemos que comprender que ellos son más sabios que nosotros y aprender de ellos. Los niños nacen sabiendo que hay que hacer. Saben cuándo dormir, cuando comer, cuando llorar, y cuando parar de llorar, cuando reír y lo hacen sin culpa, lo hacen naturalmente. Saben que si les duelen las encías tienen que morder algo, da igual si está sucio o limpio, saben que si están enfadados lo pueden expresar para sanarlo.
Los adultos no nos tomamos tiempo para sentir, para descubrir que necesitamos, quienes somos y queremos enseñar a los niños cuando ellos nacen con su propia sabiduría y cortamos su propio aprendizaje.

Si te cuestionas como eres, si estás perdido y nada tiene sentido respeta eso, e inicia tu propio viaje de reconocimiento, es maravilloso, doloroso y la mejor ayuda para tu hijo.

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